¿Quién soy?

   Madrileño desde mayo de 1977. Podría decir aquello que dicen muchos de que desde pequeño me gustaba leer y refugiarme en los libros, pero sería mentira.

   Aunque empecé muy prematuro a leer "Teo va de vacaciones", aprovechando el tirón, mis padres y profesores intentaron inculcarme, sin éxito, el hábito de la lectura. Digo sin éxito, porque llegue a aborrecer tanta lectura obligatoria y tanto consejo por leer tal o cual obra.

   Cuando me dieron por imposible, alrededor de los 16 o 17 años, sin que nadie me dijese nada y seguramente por llevar la contraria, me compré "El paquete parlante", un libro de una colección juvenil, a partir de ese momento, descubrí que aquello de la lectura era tan divertido como me habían insistido durante años. Leí la colección entera, entre ellos "La historia interminable" y "El mago de Oz".

   Por aquella época, recuerdo que el castigo de una profesora, no sé muy bien el motivo, fue escribir un relato breve y, también recuerdo, que más que un castigo fue un placer. Lo que tenía que ser un texto libre de mínimo 1000 palabras, terminaron siendo 15 páginas.

   Bastantes años después, el transporte público me pareció el mejor sitio para retomar la afición de la lectura. Fue entonces cuando descubrí historias, conocí autores y distintas maneras de escribir, sumado al recuerdo de la sensación que me causo escribir aquel relato y a la imaginación desbordante que siempre me ha acompañado, pensé ¿y por qué no? ¿Por qué no contar mis propias historias?

   Al igual que la lectura te transporta a otros mundos, pensamientos, personajes, etc. la escritura va más allá. Eres tú mismo, como autor, quien tiene que imaginar, inventar y diseñar mundos y personajes para transportar a los demás.